SOY BAILARINA, SOY YO

“Bailar es como soñar con tus pies (Constanze). El baile, una palabra muy difícil de explicar, de expresar todo aquello que me hace sentir estar bailando ya sea solo u observada. Tener la posibilidad de bailar a traído muchas cosas a mi vida, me ha dado la posibilidad de ver el mundo como algo más que solo tiempo que pasa y pasa y verlo como un gran escenario en el que todos somos protagonistas de algún modo, me ha permitido ver que los limites no existen, y que todo aquello que no puedo expresar con palabras lo hago con mis pies en la tierra pero mi mente en las nubes.
La danza para muchas personas es un estilo de vida, una profesión, aquellas personas que ignoraron ese “de bailar no vas a vivir”. Vivir cualquier persona lo hace, pero vivir la vida pocos lo hacen, pensamos que la vida es solo pensar en el futuro, en el que pasara mañana, no nos damos cuenta que el presente es aquello que importa porque no lo vamos a recuperar, deja de ver la vida como un reloj de tiempo y empieza a mirarlo con ojos de pasión por aquello que ames hacer en el mundo.
Muchas personas ven la danza como una pérdida de tiempo, unos movimientos sin sentido; ven la danza con ojos de “técnica y coreografía” nada más, para un bailarín es muchísimo más que eso, es tener la posibilidad de cambiar lo cotidiano; cambiar una oficina por un escenario, las reglas por la espontaneidad y dejar de pensar tanto y sentir más. Veo a bailarines con brillo en su mirada cada vez que hacen lo que aman, con una sonrisa que nada ni nadie más puede causar y con grandes expectativas en ellos mismos.
Ver como el arduo trabajo de meses, sacrificios, lágrimas, sudor, dolor, se ven reflejados en tan solo unos minutos en un gran escenario, haz que esos minutos en ese escenario valgan todas las adversidades que tuviste que superar para estar allí. Al subir a un escenario notas varias cosas como, miles de ojos mirándote, escuchas la música a todo volumen, ves luces en tu rostro, sientes el corazón a mil por hora; esas cosas son las que hacen que en verdad valores cada día de ensayo, porque sabes que estuviste trabajando duro para conseguir un objetivo, hacer lo que tanto amas y algo más.
Una luz que creías apagada en ti se enciende cada vez que pisas un escenario. ¿Recuerdas lo que sentiste la primera vez que te subiste a un escenario a bailar? Sentiste una mezcla de emociones, temor, alegría, euforia entre muchas otras, pero que todas unidas hacen que entregues lo mejor de ti en las presentaciones. Cuando bailo no me siento la misma persona que se sienta a diario en una silla en un salón de clase, me siento más libre, más alegre, me siento más como yo. Muchos pensaran que bailo para los demás, para ser admirada, para parecerme a alguien más, pero no es así; bailo porque es lo que amo hacer, sentir esa adrenalina en mi cuerpo cada vez que me subo a un escenario y pienso que estoy sola y dejo que la música recorra todo mi cuerpo, ese sentir no tiene comparación alguna; el baile es más que un arte, es mi vida y pasión. Y ahora te pregunto ¿vives una vida o una pasión?
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